viernes, 5 de abril de 2013

NO DEDIQUES TODA TU ENERGÍA EN PREOCUPARTE POR TU RELACIÓN DE PAREJA.


No le dediques toda tu energía ni todo tu tiempo a darle vueltas al asunto. Recuerda el primer consejo. Si tú no estás bien, nada lo estará.

Pensamos con más claridad cuando tomamos distancia de nuestros problemas. Tomamos distancia cuando diversificamos nuestra atención, nos olvidamos por un rato del asunto y podemos volver a ello viéndolo desde otro punto de vista, con otro ánimo, con otras experiencias.

Cuídate mucho, date caprichos (los hay muy baratos: oír música, darte un baño, comprarte un libro, quedar con una amiga, etc.)

Refuerza tu autoestima, haz cosas (dentro de tus posibilidades) que te permitan sentirte mejor contigo misma y que no tengan nada que ver con él. Puede ser tan sencillo como hacer una nueva receta de cocina, ir a la peluquería, apuntarte a un curso, conversar amigablemente con alguien desconocido, cuidar tu dieta, hacer ejercicio, etc. Se trata de aprender alguna habilidad nueva, ponernos pequeñas metas o simplemente disfrutar de cosas sencillas.

No seas catastrofista pensando todo lo que va mal y lo que podría ir aún peor. Se positiva, disfruta de lo que la vida te ofrece, de lo que sí va bien, de lo que aún puede ir mejor. Cambiará tu estado de ánimo, la importancia que le das a las cosas, tu actitud ante las dificultades.

Primera y última regla: QUIÉRETE.

Primer y último objetivo: SÉ FELIZ.

Primera y última obligación: CUÍDATE.

Primer y último derecho: RESPÉTATE.

Hasta la religión, que (siendo o no creyente) ha calado en nuestra cultura y nuestra educación y que tanto nos habla de pecados, tiene entre sus premisas “amarás al prójimo como a ti mismo”. Comienza por ti para saber cuál es la medida en la que puedes amarle a él.

¡SUERTE!.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario